El tiempo de exposición puede tener un impacto drástico al fotografiar objetos en movimiento. Es necesario ajustar la
apertura para obtener una exposición adecuada.
Fotografía con un tiempo relativamente corto (1/4 s), congelación de movimiento.
En
fotografía,
velocidad de obturación o
velocidad de disparo, corresponde al inverso del
tiempo de exposición y hace referencia al periodo de
tiempo durante el cual está abierto el
obturador de una cámara fotográfica. Se expresa en segundos y fracciones.
Los tiempos de exposición de una cámara fotográfica pueden ajustarse en valores discretos. El salto de cada valor al siguiente se denomina un
paso. Estos valores suelen oscilar entre los 30 segundos y 1/8000 de segundo en las mejores cámaras; para realizar exposiciones más largas suele existir la opción B (o modo Bulb) en la que el obturador se mantiene abierto durante el tiempo que mantengamos el dedo sobre el pulsador. Una variante del modo B es el modo Time (T), casi en desuso, en el que ha de accionarse el pulsador una vez para comenzar la exposición del sensor o película, y otra para finalizarla.
Aunque no puede hablarse de tiempos rápidos o lentos con independencia de la situación fotografiada, a efectos prácticos, en la mayoría de situaciones, podemos distinguir:
- Tiempos cortos: inferiores a 1/60 segundos; el obturador permanece abierto muy poco tiempo dejando pasar menos luz hacia el elemento fotosensible. Con ellas, dependiendo de la óptica utilizada, se consigue congelar o reducir notablemente el movimiento.
Fotografía desde el mismo sitio con una velocidad más lenta (2 s), efecto desplazamiento.
- Tiempos largos: superiores a 1/60 s; el obturador permanece abierto más tiempo dejando pasar más luz. Con ellas se consiguen imágenes movidas, desplazadas, otorgando mayor sensación de desplazamiento. En estos tiempos es recomendable usar un trípode para evitar que se mueva la cámara por el pulso.